Cinco criadas y muchos trapos sucios que limpiar

Lavan la ropa que nunca podrán permitirse, abrillantan la plata con la que jamás comerán, limpian el suelo de quienes ni siquiera conocen sus apellidos y, sin embargo, ellas son las verdaderas ‘señoras’ de la casa. Las protagonistas de ‘Criadas y malvadas’ enamoran a sus patrones, se convierten en las confesoras de sus mujeres y, astutamente, guardan bajo llave su tesoro más preciado: todo tipo de escándalos que no deben saberse en sociedad.

Frente al trato injusto de unos insufribles millonarios que se lamentan de sus aburridas vidas, las criadas, criticadas por su acento, su sensualidad y su bajo status social, se mantienen unidas y, en sus horas libres, ambicionan juntas con tener que les es ajena.

Marisol, la última en incorporarse al ‘club de las malvadas’ tendrá que olvidarse del secreto profesional si quiere contar con el apoyo de sus iguales. Los chismorreos, infidelidades y desvergüenzas de los jefes y de sus hijos serán el tema principal de sus perversas conversaciones.

Debajo de los escándalos, las puñaladas por la espalda, la envidia y los cotilleos, la serie cuenta con una subtrama basada en un crimen: una de las criadas es asesinada y las demás, con toda la información en su mano tratarán de resolver el misterio por su propia cuenta.

Las criadas: inmigrantes, separadas de sus hijos, artistas frustradas y sin muchas opciones de futuro tendrán que soportar la frivolidad de sus señoras, preocupadas por la estética, la vejez, las apariencias y las visitas al psicoanalista.

Para poder sobrevellevar los 'ataques' de las señoras y sus lenguas viperinas, las criadas buscarán los aliados prefectos dentro de cada casa. Carmen será la más astuta en este campo, teniendo que enfrentarse a una ama de llaves que trata por todos los medios de que no consiga su objetivo: acercarse al amo, una figura importante dentro del mundo de la música, para poder llegar a ser cantante.

Para las jefas, la presencia de una atractiva chica de la limpieza en casa siempre es una amenaza. En muchos casos, los maridos no podrán resistirse a los encantos de sus asistentas, que les buscarán, a veces por puro interés, a veces por amor y, otras veces, sólo por molestar a sus malvadas superiores.