Dos penaltis y un gol en propia puerta salvan a un mal Barça

Así, en una mala tarde, el Barça sigue a un punto del líder Atlético de Madrid gracias, quien sabe, a lo que podría ser la suerte del campeón. Y es que pese a dominar a placer la primera parte, no supo plasmar la superioridad en goles, no estuvo con el 'chip' necesario puesto en cuanto a intensidad y permitió que el Betis, ya en el segundo tiempo, se fuera arriba y creyera en la campanada.

Un jugadón de Alexis por la derecha acabó en un penalti claro de Jordi Figueras, en un día aciago para él ya que introdujo en su portería un balón que fue el 2-0 momentáneo, y Messi no falló en la pena máxima. No obstante, pese a una buena jugada de Adriano por la izquierda y un pase de la muerte que salvó, eso sí, el central catalán del Betis, o un chut de Messi que lamió un palo, no se movió el marcador.

En día de referéndum, clave para el futuro del Camp Nou en los próximos años, no vio el feudo al equipo que acostumbra a ver. Vestían de blaugrana los que figuraban como locales, y de verdiblanco los visitantes, pero hubo unos 15-20 minutos en la segunda parte que parecían haberse cambiado los papeles, y quien tocaba y atacaba eran los de Calderón, que pensó en dañar al Barça en su cita democrática y patrimonial.

Y es que con 1-0 al descanso, los del 'Tata' Martino salieron apagados, desganados, como si el colista Betis no fuera capaz de remontarles el partido en casa. Y estuvieron a punto de hacerlo. De hecho, la mala suerte de Jordi en el 2-0, superando con un rechace a su compañero Adán, fue un bálsamo para un Barça estéril en ataque que vio como dos minutos después marcaba Rubén Castro.

Tanto Castro como Jorge Molina habían salido al campo poco antes en una clara declaración de intenciones del técnico bético, que puso en liza a sus dos máximos artilleros manteniendo en el terreno a Baptistao. Estos fueron los mejores minutos de un Betis que estiró líneas, que buscó y probó a Pinto, bien excepto en un gol en que poco pudo hacer, pues Castro le superó y sentó además a Bartra y Adriano.

Con el 2-1, y silbidos en la grada cada vez menos tímidos, el 'rún rún' se apoderó de la grada. El equipo no encontraba la manera de apagar al Betis, de volver a tener el balón y jugar más minutos cerca de Adán que no de Pinto, como estaba sucediendo. Los béticos tuvieron el empate en una falta que N'Diaye no atinó a rematar en el área pequeña, y el partido acabó como había empezado.

Un penalti riguroso por mano de Amaya a centro de Neymar, que había entrado junto a Messi para intentar revolucionar el duelo, acabó en las manos de Messi colocando el balón sobre el punto de cal. El argentino no pudo con Adán, que realizó un paradón, pero sí le superó, con el balón entrando llorando, en un rechace que también tocó el guardameta.

No hubo tiempo para mucho más y el Betis ya bajó los brazos. El Barça sigue en la lucha por revalidar la Liga, sigue dependiendo de sí mismo y pudo, por los pelos, con la presión que metió el Atlético, y la misma que tendrá el Real Madrid en Anoeta contra la Real Sociedad. Un asalto más salvado por parte del FC Barcelona, aunque sufriendo más de lo esperado ante un colista que, por juego, no debería serlo.