Francia se aferra a la Ensaladera con la victoria de Monfils sobre Federer

Ni el número uno francés ni el suizo cumplieron con su papel. Francia se dejó el primer punto ante un entregado Pierre Mauroy con la derrota de Jo-Wilfried Tsonga (6-1, 3-6, 6-2, 6-2) ante Satanislas Wawrinka. Sin embargo, Monfils solucionó la difícil papeleta de tumbar (6-1, 6-4, 6-3) al número uno rival para dejar muy abierta la pelea por la Ensaladera.

La asignatura pendiente de Federer ha empezado mal para el de Basilea. El número dos del mundo no logró soltar su juego, pendiente de una espalda recuperada 'in extremis' tras verse obligado a retirarse de la final de la Copa de Maestros el domingo pasado. Federer acusó además la falta de contacto con la tierra batida ya que apenas pudo entrenarse en Lille y no jugaba en arcilla desde Roland Garros.

Por si fuera poco, Monfils, cuando tiene su día, es un rival que no da respiro, capaz de brillar con luz propia. El tenista local encandiló al público y juntos desquiciaron a un Federer descolocado y descentrado. El ganador de 17 'Grand Slams' estuvo fuera de partido, limitado por el miedo al resurgir de las molestias de espalda y por una superficie que no es su favorita.

Como pez en el agua, el tenista local empató la contienda sin necesidad de batallar como acostumbra en las grandes ocasiones. Monfils se vengó en parte de la derrota ante el suizo este año en los cuartos de final del US Open tras desperdiciar dos bolas de partido. Sólo existió el galo a pesar de que la exigencia del duelo se presentaba como altísima. Con la victoria de Wawrinka, el número dos del mundo tenía la opción de dejar la Ensaladera casi sentenciada. Parece que Federer tendrá que sudar este fin de semana más de lo habitual.

MONFILS RESPONDE A WAWRINKA

La victoria de Monfils fue incontestable. Golpes ganadores, carreras y todo manteniendo al público en el partido, el mismo que se quedó bien frío tras ver el mal partido de Tsonga. El ritmo del tenista local fue inalcanzable por Federer, limitado en sus movimientos pero a la vez desacertado y fuera del partido ante el 'acoso' del público. Así, Monfils se apuntó la primera manga con dos 'breaks', en el cuarto y sexto juego.

Tras ponerse por delante, el segundo parcial fue más igualado, pero las únicas bolas de rotura fueron para el galo, que no las desaprovechó para dejar la victoria en bandeja. De nuevo en el tercer set, Federer no pudo ni acercarse al 'break'. A merced de su rival, el de Basilea hincó la rodilla en el quinto juego y ya en el noveno, Monfils cerró la victoria.

De golpe, inesperado por el rival aunque su rendimiento estaba por ver, Francia recuperó la ilusión por su décimo título después de un mal comienzo. Wawrinka se adjudicó el primer punto ante un desacertado Tsonga, que cedió en dos horas y media. El campeón del Abierto de Australia se mostró muy sólido desde el inicio arrollando en la primera manga al de Le Mans.

El tenista local reaccionó en el segundo parcial pero ahí se quedó. Wawrinka, a gusto en tierra, demostró por qué rozó la final de la Copa de Maestros y desplegó un tenis contundente con su saque, donde no conoció bola de 'break' en contra. Tsonga no tuvo opción y cedió el tercer y cuarto set pasando la responsabilidad a Monfils. Fueron los número dos de ambos equipos los que respondieron, pero una final de Copa Davis siempre guarda sorpresas.