Los jóvenes de 'El Príncipe', sin expectativas laborales

"El futuro se construye día a día, eligiendo lo bueno y rechazando lo malo". Esto es lo que se inculca desde los centros cívicos, un refugio para los hombres y mujeres que necesitan ayuda y favorecer sus posibilidades de inclusión en la sociedad. Enseñarles habilidades sociales básicas, inculcarles la igualdad entre géneros o que sean capaces de defender sus derechos son cosas que aprenden en estos centros sociales y que dan a los jóvenes una opción distinta a la del mundo del narcotráfico.

No existe trabajo para los jóvenes ni un plan de empleo que les asegure un trabajo estable. Los problemas que se ven en la serie ‘El Príncipe’ son los mismos a los que se enfrentan los profesores de los centros cívicos. Faruq representa el mundo marginal, de la ilegalidad y del narcotráfico. Con buena presencia, poder y dinero supone una mala influencia y un referente falso para los jóvenes.