Juana Rivas y Francesco Arcuri: del amor a las batallas legales

Juana era una empleada de deportes de El Corte Inglés que dejó todo para ir de camarera a Londres. Francesco, un italiano 15 años mayor que ella e hijo de un veterano periodista de La República y una acaudalada familia genovesa, que probó suerte en la hostelería. Un local de música en vivo sirvió para presentarles y fruto de su flechazo nació Gabriel, su primer hijo. Un embarazo complicado les llevó a trasladar su residencia a Granada, junto a la madre y la hermana de Juana. Tras el capítulo de malos tratos de 2009, donde Francesco cumplió una condena de 3 meses de prisión, ella ostentó la custodia del niño y él cumplió el régimen de visitas. La pareja se separó. Él regresó a Italia y ella probó suerte con un profesor granadino con el que emprendió un viaje de varios meses por Camboya durante los cuales, él se queda con los niños. En la primavera de 2013 y tras un viaje en autocaravana por Marruecos, la pareja retoma su relación en Carloforte y nace su segundo hijo, Daniel. En verano de 2015 su aparente felicidad se desmorona. Juana huye del infierno que asegura estar viviendo y emprende una batalla legal encarnizada en nuestro país. Ahora, su historia tiene dividida a la sociedad. ¿Cuál será el desenlace definitivo?