Paquirri: "Me voy a dedicar a mi familia, mi mujer y mis hijos"

Pozoblanco, 26 de septiembre. Francisco Rivera está a punto de poner fin a la temporada taurina con una corrida en una pequeña plaza. Entre toro y toro y mientras sus compañeros de cartel, Vicente Ruiz, el Soro, y José Cubero, el Yiyo, culminan sus faenas, el mítico torero atiende a los medios y deja entrever su más que posible retirada.

Dos años. Ese era el tiempo que Francisco Rivera se imponía como límite para cortarse la coleta y retirarse de los ruedos. "Mi meta es dos años, hasta cumplir 20 años como matador de toros. Sería en el 86 y si Dios quiere a partir de ahí me voy a dedicar a mi familia, mi mujer y mis hijos".

Imágenes exclusivas de la Finca Cantora

Siendo todavía novio de Isabel Pantoja, Francisco Rivera nos guía por su finca 'La Cantora'. Micro en mano, el matador nos enseña algunos de sus rincones y recuerdos favoritos. Las imágenes, inéditas hasta ahora, nos muestran a un Paquirri relajado, tranquilo y orgulloso de sus hijos.

El propio torero nos enseña cada uno de sus tesoros: el primer regalo a su madre, las fotos de sus hijos (situadas junto al resto de trofeos), la foto de una jovencísima Isabel Pantoja...

Las primeras palabras de Isabel

Tras la muerte de su marido en la fatídica corrida de Pozoblanco, una Isabel Pantoja, rota de dolor, abría su corazón para la Cadena Ser. "A mi marido le cogió un toro porque era su profesión pero a mi marido le han matado unos cuantos. En su día se verá porque yo no estoy quieta. Con mi silencio no se crean que a mi me han quitado a mi marido así como así. Sé que no lo voy a recuperar pero voy a tratar por todos los medios que no vuelva a ocurrir".

"Nadie pensó que se iba a morir. Bueno si lo sabía porque camino a Córdoba este médico, que no sé ni como se llama, se le ocurre decir: 'sI se para la ambulancia malo'. Le dejaron desangrarse. Están todos en silencio y no les ha importado que deje de existir pero voy a llegar hasta el final"

Derrumbada y con la voz rota, la cantante demostraba su dolor y explicaba que sentía que seguía adelante por su hijo. "No sé ni lo que hubiera hecho, mejor no pensarlo. Dios aprieta pero no ahoga por mucho que le pidas que te lleve... No se puede explicar es como si te hubieran arrancado un trozo de dentro que no se puede plantar otra vez".