Una garrafa de agua, la brida con la que asesinó a Marina, pistas telefónicas, un coche prestado… son algunas de las pruebas que han incriminado directamente a Sergio Morante con los asesinatos de Laura y Marina. Tras estas pruebas, el jurado popular le ha declarado culpable y el juez ha decretado una pena de 48 años de prisión por el doble crimen en Cuenca.