Esmeralda y Urbano compraron su cada en 1994 por 114.000 euros pero en 2002 se rehipotecaron para reflotar su negocio. Esa fue su condena. Actualmente su situación es dramática y la ley de la segunda oportunidad podría ser su única esperanza. "Mi casa la podemos vender pero no se vende por el precio que debemos. Hemos estado pagando una carencia de más de mil euros durante cinco años", ha explicado Esmeralda.