Tras confesar los detalles del crimen a los agentes, Sergio Morate continúa su relato. Durante el trayecto, el presunto asesino de Laura y Marina confirma a los policías que él solo trasladó los cuerpos a Palomera. Allí cenó tranquilamente hasta que anocheció para poder enterrar los cuerpos en el margen del río Huécar.