Apenas se habían cumplido diez minutos del primer tiempo cuando Inglaterra ha tenido su mejor ocasión en las botas de Sturridge, después de que un balón que no parecía tener peligro viajara de cabeza en cabeza hasta el área ante la pasividad de la defensa eslovaca. Por fin, el último defensa eslovaco reaccionó a tiempo para cortar el tiro a puerta.