Opinión

El Mediterráneo y sus vinos

Los vinos del mediterráneo. getty images
  • El I Simposio de Vinos Mediterráneos reunió a una veintena de bodegas de la cuenca mediterránea que ha convertido a Peralada en la capital del vino mediterráneo

  • Se pudo disfrutar de un programa de catas y ponencias inéditas, centradas en el Mediterráneo como generador de esa riqueza cultural y gastronómica

  • Esta primera edición se ha convertido en un referente para la proyección de los vinos mediterráneos, el éxito y la voluntad de seguir construyendo un futuro en común

Compartir

El Mediterráneo es un espejo en el que se mira el mundo. Un mar de encuentros y desencuentros. El espacio en el que se han vertido cien pueblos de Algeciras a Estambul, cantaba Serrat. En donde el batir de las olas es equiparable al bombeo de los latidos del corazón, dice Manuel Vicent.

Es cuna de vinos y un “mar de luz y de energía y los vinos tienen eso: bienestar y calidez”, sostiene Pitu Roca. En el Mediterráneo “cada ola escoge su canción”, decía Javier Reverte; y su vino añadiría yo, y quizá por ello el I Simposio de Vinos Mediterráneos reunió, el pasado 24 de marzo, a una veintena de bodegas de la cuenca mediterránea en un encuentro sin precedentes que ha convertido, durante un día, a Peralada en la capital del vino mediterráneo. El azar y la coincidencia hacen que por segunda vez consecutiva tenga que escribir de esta misma localidad.

PUEDE INTERESARTE

En la histórica iglesia del Carmen, en el Castillo, la sumiller Ruth Troyano abrió el certamen afirmando la voluntad de “promocionar una herencia compartida, bajo el compromiso de mantenerla”. El anfitrión, Borja Suqué, propuso recuperar la emoción de Ulises para recorrer juntos este mar de vino: desde España a Marruecos pasando por Francia, Italia, Grecia, Chipre, Turquía y Líbano. Donde el mundo se llama Peralada.

En el Mediterráneo ha habido siempre una lámpara encendida por distintas civilizaciones que recogían sabidurías, también vinícolas, y las almacenaron e hicieron viajar por ese mar de idas y de vueltas.

PUEDE INTERESARTE

Los asistentes a este simposio pudieron disfrutar de un completo programa de catas y ponencias inéditas, centradas en el Mediterráneo como generador, a lo largo de esa historia, de esa riqueza cultural y gastronómica sin igual.

PUEDE INTERESARTE

Una identidad propia, nacida en torno al Mare Nostrum, sin duda nuestro “mar del vino”, que se ha transmitido a lo largo de los siglos, manteniendo un legado en el que el respeto y amor por el territorio son el punto de partida para elaborar vinos de calidad con una personalidad única.

Pitu Roca, el señor del vino, impartió una esclarecedora masterclass sobre la alta cocina y los vinos mediterráneos, destacando el papel vertebrador de la gastronomía en la cultura mediterránea y dejó clara su posición respecto a los vinos desalcoholizados, reivindicando el vino más auténtico frente al tecnológico y apostando por un vino que se exprese a través del suelo y de la identidad del Mediterráneo, con historia, esencia y una mínima intervención, frente a los vinos cero o bajos en alcohol.

La adaptación de los viñedos al cambio climático fue otro de los temas a tratar.

Maria Snoussi, miembro del comité organizador y profesora en la Facultad de Ciencias de la Universidad Mohamed V de Marruecos, y Nathalie Ollat, investigadora en el Instituto Nacional para la Investigación Agronómica de Francia y directora de LACCAVE (el proyecto francés que estudió la adaptación de los viñedos al cambio climático), sostuvieron que solo con esta adaptación al clima podrá haber futuro en el Mediterráneo.

Historia y catas

La evolución del vino a través de las civilizaciones que han conformado este vasto territorio fue otro de los temas a tratar. Riqueza y variedad, vinos únicos y diferentes han ido manteniendo la tradición desde hace muchos siglos en su andadura de este a oeste, “conectando Oriente con Occidente y viajando posteriormente a América”, como afirmó la bodeguera malagueña, Victoria Ordóñez: “es un legado que se bebe en cada trago”, concluyó.

Juancho Asenjo, director del comité técnico del Simposio, creó un recorrido histórico y geográfico por la Malvasía, desde Candia y el mar Adriático hasta el océano Atlántico, comenzando por aclarar que “el Mediterráneo nunca ha sido monovarietal, siempre ha sido policultivo y la Malvasía no iba a ser la excepción”, señalando que “malvasía ha sido un tipo de vino que se ha desarrollado secularmente en el Mediterráneo” y que en su origen era un vino dulce pasificado.

Los Máster Wine, Gabriele Gorelliy Yiannis Karakasis ofrecieron una masterclass sobre las regiones destacadas de sus respectivos países, Italia y Grecia, descubriendo sus paisajes en un recorrido muy completo y didáctico sobre sus diversas y ricas regiones, varietales locales y estilos diversos de vinos. “Qué afortunado soy de haber vivido en el Mediterráneo y contemplar tan a menudo el sol y la luna juntos en el cielo”, decía Lawrence Durrell.

La parte más lúdica le correspondió a Toni Gerez, maître y sumiller del restaurante del Castell Perelada, que ofreció una experiencia enogastronómica a través de quesos y vinos mediterráneos. Un disfrute.

Esta primera edición se ha convertido en un referente para la proyección de los vinos mediterráneos, el éxito y la voluntad de seguir construyendo un futuro en común queda asegurado con una segunda edición de este Simposio de Vinos Mediterráneos. Así lo señaló Borja Suqué, que cedió el testigo durante el acto de clausura del simposio a Andrea Lonardi Máster Wine, de la bodega Petra, en la Toscana, que será la anfitriona de la próxima edición.

“A este mar vengo a ver a mi otra familia: fenicios, griegos, romanos…”, lo dejó dicho hace algún tiempo Arturo Pérez Reverte.

Suscríbete a la newsletter de Gastro y te contamos las noticias en tu mail.