¿Qué es una bodega boutique?
Existen muchos tipos de bodegas y también distintos elementos que ayudan a diferenciarlas
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El turismo del vino es tan solo una parte de lo que se conoce como turismo gastronómico, pero para los amantes de esta bebida es una parte esencial. Conocer un lugar a través de su gente y su cultura es una gran idea, pero también puede lograrse gracias a su gastronomía y, en caso de algunas zonas, de sus vinos. Las bodegas españolas son un claro ejemplo de ello, porque han sabido entender a sus clientes y ofrecerles justo lo que necesitaban para convertir sus visitas en toda una experiencia.
Acudir a una bodega es tener claro que se va a vivir una experiencia única en la que el vino será el protagonista, por mucho que haya otros complementos a su lado. Una bebida que tiene mucho que ofrecer, que cambia cada vez que la probamos, porque no hay dos momentos en la vida que sean iguales. Para muchas personas, los instantes importantes se viven mejor si es con una buena copa de vino y el turismo del vino ha contribuido a que encontrar el vino perfecto para cada ocasión sea más sencillo, porque ha hecho que la cultura enológica sea accesible para todos.
Existen muchos tipos de bodegas y también distintos elementos que ayudan a diferenciarlas, desde el tipo de recinto, por tratarse de bogas interiores o exteriores, al tipo de producto almacenado, es decir, si almacenan productos terminados (que es lo más habitual), solo materias primas o envases. También se pueden clasificar por la forma que tienen de producción y el grado de automatización que emplean a la hora de fabricar sus bebidas.
Cada bodega tiene unas características y trabaja de una forma determinada cumpliendo con ciertas condiciones. Las bodegas boutique no son una excepción, están especializadas en ofrecer experiencias perfectas para quienes disfrutan del vino y todo lo relacionado con él.
Qué es una bodega boutique
El término boutique solía hacer referencia a pequeñas tiendas de moda donde se vendían artículos de lujo, actualmente el término se ha extendido y se aplica a todo tipo de establecimientos y no solo a la moda o las joyas, no obstante, la calidad y exclusividad sigue siendo una de sus máximas. No es diferente en el caso de las bodegas boutique, que en muchas ocasiones también se denominan bodegas de autor.
En estos establecimientos, el proceso de producción se cuida al milímetro y suele destacar por realizarse de manera artesanal. Son bodegas que están más preocupadas por la calidad que por la cantidad de producción y eso quieren transmitir entre la gente que les visita o que escoge sus vinos para darse un capricho (no conviene olvidar que el vino, así como otras bebidas alcohólicas, debe ser tomado con moderación).
Suelen producir una cantidad limitada de vino, lo que no siempre quiere decir que sus terremotos sean pequeños, sino que limitan su producción, apostando por poner a la venta un volumen más reducido de producto, pero que refleje la manera de pensar y de actuar de los productores. El proceso de creación, elaboración y producción de la uva es artesanal, todos los pasos que se dan están cuidados y medidos, lo que no necesariamente está asociado a un aumento del precio, pues en las bodegas boutique pueden encontrarse opciones para todos los bolsillos.
Así, las bodegas boutique son denominadas de esta manera porque apuestan por los procesos artesanales y cuidados, también porque su producción es limitada, no porque no hayan podido crecer, sino porque escogen que así sea. Apuestan por elaborar vinos de autor, pero esto no es lo único que las diferencia porque, en general, su vino viene acompañado de una experiencia gastronómica y cultural única, pensada para conquistar a los amantes del vino más exigentes.
Este tipo de vinos están dirigidos a las personas que disfrutan del vino con calma, que prefieren hacerlo en un ambiente tranquilo y relajado como el que estas bodegas ofrecen. En ellas el cliente recibe un trato exquisito y personalizado, una manera de intentar compartir la manera de ver el mundo, de inculcar en el cliente su propia filosofía a la hora de elaborar los caldos, así como la pasión que sienten por lo que hacen.
Entre las bodegas boutique no existe una única manera de hacer las cosas, cada cual ha ido encontrando su camino, aquel que le hace destacar y le ayuda a que sus vinos tengan su propia personalidad. Tampoco es necesario producir un único vino para ser denominado boutique, de hecho es habitual que, si bien la producción no sea demasiado grande, sí que sea bastante variada, al fin y al cabo los apasionados de la enología no se cansan de probar, descubrir y abrir puertas a nuevos productos y sabores.
Es una forma diferente de entender el vino, siempre desde el amor por el producto y por el proceso.