EL ADN del violador de La Paz no pudo cotejarse con el del violador del ascensor
Cuando empezó a actuar el violador de La Paz pensaron muy rápidamente que se trataba de un perfeccionista y por lo tanto tenía que tener experiencia. Abordaba a sus víctimas por la espalda con un arma, las maniataba y desde Madrid conducía de vuelta a Segovia, donde estaba su guarida y las violaba. Los recuerdos de las jóvenes fueron fundamentales para encontrarle. El trabajo del equipo de la Unidad de familia y atención a la mujer ha sido y es crucial para hacer recordar cada detalle a las jóvenes. Por eso nos piden responsabilidad, no sólo en preservar el rostro actual del violador, también nos piden que no abundemos en los detalles para no perturbar su recuerdo. Tras las agresiones, las dejaba en el mismo punto donde las cazaba, muy cerca del hospital de La Paz. Eso permitió atenderlas muy rápido y aplicarles el protocolo que propició la obtención de restos biológicos del agresor sexual. Sorprendentemente no pudieron cotejarlos porque el ADN del violador del ascensor no estaba en la base de datos a pesar de haber cumplido condena por 13 violaciones y dos asesinatos. No siquiera cuando la derogación de la doctrina Parot obligó a excarcelar a los violadores más peligrosos de nuestro país, ni siquiera entonces a nadie se le ocurrió guardar su ADN en el archivo de violadores puesto en marcha años atrás. Por eso no supieron que el violador de La Paz fue el violador del ascensor, hasta que el itinerario de los teléfonos les llevó a su casa de Segovia. Le detuvieron cuando salía con su novia, una pareja que según la policía no tenía idea de con quién estaba compartiendo su vida. Una pareja que no se enteró de que su novio salía a cazar mujeres que se sepa una vez al mes. La policía no descarta que haya más víctimas. Ahora toca buscar hacia atrás y revisar los cuatro años que el violador ha estado en libertad, independizado de su familia de Valladolid y sin vigilancia policial “porque es ilegal”. Se han llevado pruebas biológicas de la vivienda y de su vehículo. El ADN y el reconocimiento de las víctimas serán determinantes para culparle a pesar de su silencio.