¿Compensa ir rápido?

Tras 400 kilómetros de recorrido constatamos que el conductor eficiente no sólo gana en seguridad al ajustarse a los límites de velocidad. Además ahorra más de un litro cada 100 kilómetros. Es decir que al final del viaje ha gastado unos 6 litros menos que su compañero. A una media de 20.000 kilómetros al año un conductor medio puede ahorrar 300 euros.

Por su parte el conductor rápido se expone a ser sancionado. Como explica Eduardo Gómez-Pinto, de la Fundación Pons: "En una carretera que es de 120 circular a 160 supone una infracción grave, pérdida de puntos y 300 euros de multa. Si hiciéramos este recorrido saltándonos todos los radares perderíamos todos los puntos acumulados y el permiso de conducir". Hay que tener en cuenta que la nueva normativa de tráfico entra en vigor el próximo 25 de mayo.

Octavio Ortega, como técnico de Pons Editorial trabaja para mejorar la seguridad vial en nuestro país. Octavio insiste en la idea del conductor eficiente, y no sólo por seguridad, sino también como la mejor vía para ahorrar en mantenimiento del vehículo: "Menos desgaste de ruedas, menos desgaste de frenos, motor más cuidado...". Hasta las revisiones del coche se abaratan. Pero hay algo más, el conductor eficiente es un conductor concienciado con el medio ambiente porque conducir rápido implica contaminar más.

Pero sin duda el mensaje más importante es que el transmite la Fundación Pons: "Sólo hay que pararse a pensar por un momento cuánta gente lloraría, padres, hermanos, hijos, tíos, amigos, gente que a lo mejor en lugar de estar trabajando tendría que estar yendo a verte a un hospital o a un tanatario. No compensa, por 20 minutos, perder 30 o 40 años de tu vida".

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