El ultra del Frente Atlético tenía las zapatillas y la ropa con sangre cuando lo detuvieron
Era de madrugada cuando los policías llegan hasta su vivienda en el distrito Chamberí. Abre la puerta la madre 82 años. Ignacio Racionero está detrás. Se ha lavado las manos pero sus zapatillas negras y el pantalón están todavía manchados de sangre. Niega ser el autor de la puñalada a un “cachorro” del Frente Atlético en el bar Rifle esa misma tarde, antes del partido en el Wanda, pero las cámaras han grabado toda la escena. Se ve a Racionero apuñalar, dos veces, al joven de 22 años. La chica por la que discuten en parte, se ha marchado antes. También se ve a los dueños del bar limpiando con lejía el reguero de sangre que deja el herido. La policía les ha llamado a declarar con abogado, es decir investigados, por impedir el trabajo de la Policía Científica. Lo tienen todo bien atado. No hay duda. Los testigos describen un enorme cuchillo con el mango marrón. Es la navaja que encuentran en el parque y que han mandado analizar. 12 cm de hoja.
Ignacio Racionero, es Nachito, fichado durante el juicio por el asesinato de Aitor Zabaleta, el hincha de la Real Sociedad apuñalado durante una reyerta. Hace 20 años Racionero estuvo detenido una temporada por el crimen junto con sus compañeros del grupo Bastión, los más neonazis y violentos del Frente atlético entonces. Solo condenaron a uno ultra, Ricardo Guerra, el autor del apuñalamiento. El resto sería juzgado por pertenecer a banda organizada cinco años después.
Aunque Bastión no llegó a ser ilegalizado, sus miembros se dispersaron. Racionero o Nachito volvería a dejarnos esta imagen asaltando el campo del Atlético durante un entrenamiento, a gritos amenazó con matar al entrenador de los porteros. Esta vez el club fue contundente y los expulsó del campo.
Racionero estaba expulsado desde el 2001, por pertenecer a la banda que asesinó a Zabaleta. Se dedicó a atracar con violencia e intimidación, sobre todo en Farmacias, hasta acabar en prisión. 12 años entre rejas hasta agosto del año pasado que salió y empezó a merodear por los ambientes del Frente Atlético. Pero nadie se quiere acercar a él. No les gusta, es de navaja fácil y hablan de su “locura”. Racionero dice que tiene problemas mentales aunque no está diagnosticado. Sí tiene problemas con drogas y alcohol, aseguran fuentes policiales. Y a veces hacía tonterías como pasearse por una tienda del Real Madrid insultando al equipo.
Intentaba reencontrarse con sus antiguos compañeros del grupo Bastión como Barri ahora uno de los hombres fuertes, o Isma y Chino que sí estuvieron en la reyerta en la que murió Jimmy, el hincha del Depor. Los expertos en grupos ultras creen que ayer intentaba ganar puntos en el Frente apuñalando al cachorro con el que discutió en el bar Rifle.