El Museo Sorolla reivindica la obra escultórica de Helena, hija del pintor

En total, la casa museo exhibe diez esculturas realizadas en mármol, madera y bronce que muestran el talento de Helena Sorolla (Valencia, 1895-Alaior, Menorca, 1975), que se aventuró a dedicarse a una disciplina de la que hasta el momento se habían mantenido alejada la mujer, tal y como ha explicado este lunes a la prensa Fabiola Lorente Sorolla, biznieta de la artista.

Estas piezas se mezclan con las obras realizadas por su padre, entre las que destaca el primer retrato, en el que aparece tumbada en la cama junto a su madre cuando apenas una un bebé, y con el que se conmemora su nacimiento, o un retrato en el que aparece cuando tenía 14 años, y que la familia ha prestado para esta ocasión y que preside la sala principal del museo durante este mes.

En esta imagen, Helena Sorolla aparece vestida con un abrigo de piel y una túnica dorada, como si se tratara de un modelo Delphos del taller veneciano de Fortuny y Madrazo, según ha indicado su biznieta.

Lorente Sorolla ha explicado que Helena, hija pequeña del pintor, se casó en 1922 con Victoriano Lorente y dejó numerosas obras realizadas por ella en la casa familiar, donde se han mantenido siempre expuestas, hasta que el pasado año fueron donadas a la Fundación Museo Sorolla, y desde entonces se pueden visitar en este museo.

Desde joven, Helena demostró inclinación por la escultura y tuvo como maestro al escultor valenciano José Capuz. Durante su actividad, que abandonó cuando contrajo matrimonio y a la que solo dedicó tiempo en momentos actuales, la artista uso como materiales el mármol, el bronce y también la madera.

ESCULTURA "SERENA"

Una de las primeras esculturas que realizó fue la pieza 'Muchacha sentada', en la que recurre al motivo que más tarde desarrolló: una figura femenina sentada, cuya anatomía "conocía muy bien", tal y como ha explicado Lorente Sorolla. Además, se percibe también la actitud "serena" de la mujer representada, así como la sencillez y también los motivos artísticos propios de aquella época, cercanos al modernismo.

Otro de los ejemplos destacados es la escultura 'Gitana', que la artista presentó en el año 1916, en la que se combinan detalles propios del carácter de su personalidad como elementos propios de la moda de la época, algo que se observa en las ondas del pelo.

Asimismo, Lorente Sorolla ha recalcado el sentido de "vida interior" que se aprecia en muchos de sus bustos, en los que las figuras aparecen con los ojos cerrados, a lo que une su deseo de realizar la pieza en mármol, que enfatiza este sentido en su obra.

A pesar de haber abandonado su actividad como escultora tras contraer matrimonio, quiso dejar un legado a sus siete hijos (de los cuales tres han acudido a esta presentación) y realizó un busto de cada uno de ellos. Tal y como ha destacado su biznieta, lo más interesante de estos trabajos es la capacidad de la artista para transmitir la personalidad a estos bustos. "Siempre buscaba el parecido en el niño", ha dicho.