Un grupo de refugiados han sido los protagonistas del nuevo gesto del Papa Francisco, de esos que han marcado su papado desde el comienzo y que tanto sorprenden por su espontaneidad y cercanía. Hoy lo ha hecho en pleno Vaticano sentando a los refugiados junto a él durante la audiencia de los miércoles, descolocando una vez más a sus colaboradores. Una escena que ha dado la vuelta al mundo, con el que vuelve a intentar dar visibilidad al problema de la inmigración.