Cada vez más niños y adolescentes recurren al teléfono de ANAR para pedir ayuda. Unos tres mil pequeños han marcado ese número por sufrir malos tratos por parte de sus padres. Pero además, las llamadas de auxilio que reciben en la Fundación sirven también para denunciar otros muchos tipos de violencia que sufren los menores, como los que ejercen sus parejas adolescentes, que se ha disparado en un 75%, o sus compañeros de clase.