Días después del anuncio de su embarazo, Beyoncé se subió al escenario del Staples Center de Los Ángeles para protagonizar una de las actuaciones que seguro pasará a la historia de los Grammy. Como una diosa dorada de la fertilidad, la de Texas irrumpió para dejar a todos los presentes boquiabiertos mientras interpretaba dos de los temas de su último disco 'Lemonade'.