Cineastas destacan el entusiasmo y la fidelidad del público de Karlovy Vary

"Karlovy Vary es el festival que tiene un público más entusiasta, más fiel, más dispuesto a ver cine continuamente", dijo a Efe el productor Luis Miñarro, que participa en la 45ª edición del certamen con la película española "La Mosquitera", que opta al Globo de Cristal.

Respecto a las otras cinco grandes citas cinematográficas europeas (Cannes, Berlín, Venecia, San Sebastián y Locarno), Miñarro consideró que Karlovy Vary se asemeja algo a Locarno, aunque "cada uno tiene su personalidad, pero el checo es de fácil acceso, y la gente vive el cine y vive el festival".

"Hay personas que ven cinco o seis películas al día, que acaban durmiendo si es necesario en el césped de los jardines públicos, comiéndose una salchicha, entre película y película (..)", relató el productor, para quien en Karlovy Vary "contagian esas ganas y esa ansiedad por ver buen cine"

Una actitud, consideró Miñarro, "muy positiva" que no se aprecia en muchos festivales.

Karlovy Vary es, junto a Cannes, el festival más viejo del mundo.

A un día de la clausura del certamen, hay acreditadas 10.578 personas, entre ellas 280 productores, 708 profesionales del cine y 579 periodistas.

A diferencia de otros certámenes de categoría "A", Karlovy Vary "no tiene ninguna devoción por el cine espectáculo, que muchas veces festivales, como Cannes, de manera un poco cínica, abanderan", afirmó el realizador Javier Rebollo

"Karlovy Vary -prosiguió- cree en el cine de autor, en el cine de Europa del Este, porque se sabe centroeuropeo, y aquí radica su personalidad", indicó el director de "Lo que sé de Lola".

"Y me sorprende mucho también que con el sol que está haciendo estos días, lo bonita que está la ciudad y lo rica que está la cerveza, la gente llene totalmente los cines", añadió Rebollo, que presentó al público checo "La mujer sin piano", cinta que fue estrenada en el Festival español de San Sebastián.

Este filme cuenta en el reparto con el popular actor checo Jan Bludar, que interpreta a un inmigrante polaco, "por lo que tuvo que pulir un poco el acento", señaló Rebollo.

"La pena es que no haya más comedias en el festival. Lo malo del humor es que nadie lo toma en serio", dijo Rebollo, quien recordó que de las películas visionadas para su participación en el certamen "casi ninguna era comedia", según le comentó uno de los programadores del festival.