Genoveva Casanova, ajena a los rumores sobre su nuevo amor, en el cine con sus hijos

No cabe duda de que la mejicana se encuentra disfrutando de una nueva etapa en su vida. Y es que Genoveva no ha tardado nada en incorporarse al mercado laboral desde que se conoció la noticia de su supuesto despido de la Fundación Casa de Alba. Su situación económica ha cambiado después de que la empresa de su antigua familia política prescindiera de sus servicios, tras dos años vinculada a los departamentos de dirección de proyectos y relaciones internacionales.

Por si esto fuera poco parece que hay una persona que le ha devuelto de nuevo la sonrisa. Se trata del que fuera Ministro de Justicia del anterior Gobierno del PP, José María Michavila. Según fuentes cercanas a la pareja, por ahora se trata de una estupenda amistad que se está consolidando con el tiempo.

Ambos comparten el mismo círculo de amigos formado por Patricia Rato, la familia Segrelles o el matrimonio Ponce-Cuevas. A pesar de conocerse desde hace años, cuando Genoveva era aún condesa (consorte) de Salvatierra, ha sido en los últimos meses cuando su amistad se ha ido estrechando. La propia mexicana no ha querido entrar en polémicas y tan sólo ha manifestado: "Hace tiempo que eliminé las palabras amor y pareja del vocabulario público", asegura misteriosa, pero reconoce frecuentar al expolítico, "amar la vida" y sentirse "muy feliz". La amplia sonrisa que luce Genoveva delata que se encuentra en un buen momento personal.

Próximamente, Genoveva viajará a Calcuta para continuar su colaboración con el proyecto solidario de la Fundación Madre Teresa y el 24 de noviembre será la embajadora de la Gala contra el Sida que se celebrará en Barcelona. Entretanto ha aprovechado su estancia en Madrid para dedicarle todo su tiempo libre a sus las dos personas que, a día de hoy, ocupan su corazón, sus hijos Luis y Amina. Los niños disfrutan de unas breves vacaciones escolares, ya que este año cursan sus estudios en un internado en el extranjero.

Genoveva vestía de manera informal y desenfadada con vaqueros, camisa y chaqueta de piel. Antes de entrar en el interior de la sala, se acercaron a unas máquinas expendedoras donde adquirieron algunos comestibles y bebidas para amenizar la velada.

Amina sigue guardando un notable parecido con su orgullosa mamá, aunque a sus trece años de edad la ha superado en altura. Por su parte Luis sigue siendo un pequeño 'conde Salvatierra', que siente verdadera adoración por su hermana.