Joglars cumple 50 años en escena con la recuperación de su obra 'El Nacional'

Joglars cumple 50 años en escena con la recuperación de su obra 'El Nacional', un montaje que estará en cartel del 1 de septiembre al 13 de noviembre en el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid. Albert Boadella ha recuperado para la ocasión este espectáculo que se estrenó en 1993 y que muestra una mirada sobre el mundo de la escena reflejada en un viejo teatro de ópera.

Albert Boadella, fundador y director de Els Joglars, ha calificado este lunes de "insólito" el hecho de que una compañía fija siga en pie tras cumplir medio siglo y ha reconocido también que siempre han tenido "un lado canalla o vengativo". Uno de los secretos para seguir vivos ha sido, en su opinión, la habilidad para "mezclar bien el trabajo de investigación y la popularidad" así como el hecho de haber gestionado la compañía como si fuera "una empresa familiar".

De hecho, las subvenciones a Els Joglars sólo suponen un 7 por ciento de su presupuesto y llegan por parte del Ministerio de Cultura por el concepto de giras. "Esto también nos da independencia", asegura Boadella recordando que en Cataluña, donde desde hace años no estrenan, no interesan y que la Generalitat les puso en "situación irreversible" al negar las subvenciones a aquellas compañías que no hiciesen teatro en catalán.

HUMOR Y SÁTIRA

Elegir ahora 'El Nacional' para celebrar esos 50 años no ha sido casualidad. Para Boadella, esta obra "sintetiza todos los aspectos artísticos y de contenido" de la compañía en los últimos 30 años. "En ella están el sentido del humor para contar tragedias, el aspecto crítico y sátiro, el aspecto poético, la conexión con la realidad...", explica.

Asimismo, recuerda que que cuando se hizo esta obra primera vez en 1993 España también padecía una crisis importante, "aunque los ciudadanos apenas la percibieron". Por eso, cree que 'El Nacional' fue casi una "premonición".

La función, a la que ha añadido mucha más música, se muestra crítica contra el "difícil sostenimiento de los grandes teatros de ópera en estos tiempos" y cómo "han hecho desaparecer la poética del teatro, es decir, con lo mínimo hacer lo máximo", indica Boadella.

En el espectáculo, desesperado por la irreversible decadencia, Don José, anciano acomodador del que fue Teatro Nacional de Ópera, y hoy en estado de ruina debido a la gran crisis, asume la ardua misión de resucitar y renovar el arte lírico entre los restos del monumental coliseo. Con el fin de impulsar este nuevo renacimiento, adiestra a un grupo de indigentes para representar el Rigoletto, personaje que considera como el símbolo del arte escénico.

Habituales de la compañía como Ramón Fontseré o Jesús Agelet se unen en este espectáculo a la soprano Begoña Alberdi (que ya actuó en la primera versión de la obra y que vuelve "con 18 años más y 70 kilos menos", según ha confesado) o el barítono Enrique Sánchez, por primera vez con Els Joglars. El cantante señala que esta experiencia ha sido "muy diferente" respecto a otros espectáculos "pero a la vez mucho más fácil".

PÚBLICO MENOS CURIOSO

Para Boadella, el trabajo de la compañía en todos estos años constituye "una escuela interior y una gran experiencia" ya que Els Joglars se ha introducido "en la realidad social" y ha hecho de la "libertad" su seña de identidad. "Hemos pasado por la cárcel, por atentados, por juicios de guerra y por exilios", ha recordado. "Sin embargo, lo más importante ha sido que nos hemos dedicado siempre con minuciosidad al trabajo artístico", añade.

Esta inmersión en la realidad social de cada momento es una de las cuestiones que más aplaude Ramón Fontseré, veterano de la compañía. "Siempre se cocinan los temas de cada obra con humor y distanciamiento, con una visión crítica y sarcástica que a mi me encaja mucho", ha dicho el actor. "La realidad siempre es mucho más imaginativa que lo que se pueda hacer en los teatros", apostilla Boadella.

Por último, respecto al público actual, el director de la compañía considera que hoy es "más especializado y menos curioso" que hace 30 años. "A veces se siente nostalgia del público tan feligrés que teníamos en los 60", admite.