Realizado en hueso y madera, esta pieza pertenece al estilo cultural del Barroco (datado en 1728) y se utilizaba en las iglesias de pequeño tamaño, se transportaba en procesiones y también contribuía a amenizar las reuniones en salones privados. La aportación española a este instrumento fue la incorporación de un único teclado, que funcionaba con registros. Este logro reducía el tiempo de construcción y abarataba el costo del instrumento.