El ex presidente Ricardo Lagos presenta su libro "Cien años de Luces y Sombras"

En el lanzamiento, que tuvo lugar en uno de los salones de la Biblioteca Nacional, Lagos estuvo acompañado del ex presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso y el de España, Felipe González, con quienes mantiene una buena relación.

"Cien años de Luces y Sombras" es el resultado del trabajo que Lagos realizó junto a un grupo de quince intelectuales chilenos desde comienzos de 2008, y consta de dos artículos, al comienzo y al final.

Para Lagos el Bicentenario es una instancia que invita a pensar en el futuro de Chile, así como una oportunidad para analizar el pasado, reconocer tanto los logros como las falencias, y así plantear algunas de las metas deseables que alcanzar.

A partir de este planteamiento nació la idea de reunir, en los dos volúmenes que constituyen esta obra, una mirada integral a los aspectos sociales, económicos, políticos y culturales de Chile, como nación íntimamente vinculada a sus pares latinoamericanos y al contexto histórico mundial.

Al dar una rápida mirada al texto, uno de los temas que Lagos destaca en el libro es el enfoque a los partidos políticos que en su opinión tienen que ser objeto de una legislación acorde con el Chile que entra al tercer centenario.

Por otro lado, el ex mandatario, uno de los fundadores del opositor Partido por la Democracia, cree que a través de internet la ciudadanía podrá resolver cuestiones que le interesen sobre determinadas medidas, decisiones y nuevas políticas.

Otro de los temas que a Lagos le preocupa es que los chilenos no han aumentado en número al ritmo de sus vecinos, y la población, en su opinión "es un hecho fundamental en un país".

"Hoy, en 2010, la mujer tiene una tasa de fecundidad de 1,9. Esto quiere decir que con tal magnitud, la población chilena disminuirá", añade en el texto y anticipa que de aquí a dos décadas, más del 25 por ciento va a tener más de sesenta años.

En la presentación del libro estuvieron presentes, el ministro de la Cultura, Luciano Cruz-Coke y el ministro de Educación, Joaquín Lavín, además de representantes del cuerpo diplomático acreditado en Chile, parlamentarios, rectores de universidades y representantes de las Fuerzas Armadas.