Las galerías afrontan la crisis presentando sus piezas más preciadas en Art Basel

Quedo atrás la tendencia que dominó en los últimos años con el surgimiento de artistas jóvenes y, por ende, de escasa trayectoria, cuyas obras, dominadas por la incitación y la agresividad, alcanzaron precios exorbitantes.

Las selectas galerías que han logrado un espacio en esta prestigiosa feria presentan lo mejor que tienen y resulta evidente el retorno a lo "convencional" y el espacio recuperado para la pintura.

En cambio han disminuido visiblemente, pero de ningún modo desaparecido, las propuestas excesivamente provocadoras.

Los puestos de la primera planta del pabellón principal de Art Basel, donde se presentan las galerías más prestigiosas y poderosas del sector, han optado por ofrecer, como mínimo, obras de artistas bien asentados, de alta calidad y que están cotizados a su justo valor.

Sus obras se codean en muchos casos con piezas de varios millones de dólares, de clásicos modernos que nunca faltan en esta feria como Picasso, Miro, Kadinski, entre muchos otros.

Es notorio que los 300 galeristas que han conseguido un lugar en Art Basel -de los 1.100 que presentaron su candidatura- saben que en esta edición de la feria deben estar preparados para hacer ofertas interesantes a sus clientes.

"Los coleccionistas se toman más tiempo, no se precipitan sobre las galerías y éstas han aprendido a ser más pacientes. Este es el verdadero cambio entre antes y ahora", señaló a Efe a ese respecto la codirectora de la feria, Annette Schönholzer.

Dijo estar convencida de que "las galerías seleccionadas han centrado sus esfuerzos en traer lo mejor de su arte" a esta 40 edición de Art Basel.

Así, la idea de llegar a Basilea con lotes de piezas que se venderían costaran los que costarán, lo valieran o no, ha quedado definitivamente atrás, pues aunque las ventas se iniciaron con buen pie, los compradores son menos y todos buscan buenas oportunidades.

El ambiente en general es bueno y no se ha concretado el escenario de catástrofe que algunos temían, sobre todo después de que las recientes ventas de arte contemporáneo de las dos principales casas de subastas a nivel internacional -Sotheby's y Christies- cayeran entre el 70 y el 90 por ciento.

La impresión de los galeristas es positiva, pues las ventas cerradas ayer (en el día de pre-apertura reservada a los coleccionistas y profesionales) superaron ampliamente las prudentes expectativas con las que la gran mayoría de participantes llegó a Basilea.

Efe pudo comprobar hoy en un recorrido de la feria que varios galeristas se mostraban entusiasmados por las acuerdos alcanzados en la víspera, día en el que se suelen realizar buena parte de los negocios de esta feria.

Fuentes del evento comentaron que incluso el actor Brad Pitt, que ayer recorrió la feria, no se fue con las manos vacías y compró una pintura del alemán Neo Rauch -cuyo trabajo refleja la influencia del realismo socialista- y por la que se pedía cerca de un millón de dólares.

De este modo, las primeras horas de Art Basel estuvieron lejos de la euforia y ganas desesperadas de comprar que se observaba hasta el año pasado para quedar marcadas por la búsqueda inteligente y reflexiva de obras, que culminó en numerosas ventas.

"El arte emociona espiritualmente y los precios están donde deben, así que ningún coleccionista puede permitirse no comprar", opinó el director de la galería española Polígrafa, Angel Samblancat.

Por ello, el sentir común es que si bien la cautela se refuerza en momentos de crisis, el arte necesita un espacio de encuentro internacional y Art Basel se ha afianzado en ese rol.