Brasil mantiene sus expectativas de crecimiento pese a la grave crisis global

El mandatario, acompañado por las figuras claves de su gabinete, lanzó este mensaje durante un foro económico celebrado en Nueva York con el que cerró la visita que inició el pasado 13 de marzo a Estados Unidos.

Ante un auditorio repleto de ejecutivos e inversionistas, Lula y los ministros que tomaron la palabra reafirmaron la solidez del gigante de Latinoamérica y su capacidad para capear con solvencia la crisis que ha hundido las economías de los países más desarrollados.

"Mientras la mayoría de los países ricos cae en una recesión, Brasil seguirá creciendo. Creceremos menos de lo esperado en 2009, menos de lo que lo hubiéramos hecho si no fuera por esta crisis exterior. Pero creceremos", afirmó Lula en su discurso.

Destacó que su Gobierno está dispuesto a adoptar todas las medidas necesarias para evitar que el hundimiento de los mercados financieros destruyan el progreso social y económico logrado por el país suramericano desde su elección en 2003.

"Esta crisis no nos atemoriza. No cortaré ni un centavo del gasto social o de la inversión en infraestructuras", indicó, tras señalar que el mantenimiento del gasto público ayudará a sostener la producción industrial y el consumo interno.

Lula aseguró que habían quedado atrás los tiempos en que Brasil tenía que acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) cada vez que se producía una crisis financiera internacional, por leve que fuera.

El foro en el que participó el presidente brasileño fue organizado por dos diarios especializados, el estadounidense The Wall Street Journal y el brasileño Valor Económico.

En el mismo también participaron los ministro brasileños de Exteriores, Celso Amorim; Economía, Guido Mantega, y de la Presidencia, Dilma Rousseff, además del gobernador del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles.

Los cuatro reafirmaron la visión optimista de Lula sobre las perspectivas de la economía brasileña, pese a los nuevos indicios de que cada vez siente más los batacazos de la crisis internacional.

El Banco Central brasileño tuvo que rebajar hoy, por segunda vez en una semana, su previsión de crecimiento económico para este año, que ahora pasó del 0,59% al 0,2%.

También Merrill Lynch rebajó este lunes su pronóstico para Brasil al 0,8% desde el 1,3% anterior, a lo que se une el hecho de que el Gobierno anunció la semana pasada que el PIB del cuarto trimestre se contrajo un 3,6%.

A pesar de ello, Mantega insistió en que Brasil "fue uno de los últimos países en sufrir la crisis y será uno de los primeros en salir de ella".

El ministro de Economía señaló que su país afronta la grave situación internacional con un sistema bancario saneado, unas cifras macroeconómicas estables y una fuerte demanda interna producto de los veinte millones de personas que se han sumado a la clase media en los últimos años.

Una prueba del aumento de ese consumo nacional es que la venta de vehículos el pasado enero cayó un 8% en Brasil comparado con el mismo mes de 2008, mientras que en EE.UU. el descenso fue del 36% y en España del 41%, destacó.

Subrayó también que se han tomado medidas como la rebaja de los tipos de interés, la reducción de impuestos y un aumento en los planes de inversión del Gobierno, entre los que se incluye la construcción de un millón de viviendas.

"Creo que Brasil saldrá de esta situación más fuerte que nunca", apuntó.

Mantega, que recalcó que Brasil cuenta con unas reservas de divisas de 200.000 millones de dólares, pronosticó un déficit público para este año del 2,7% y dijo que su país logró atraer en 2008 inversiones extranjeras por un valor de 45.000 millones de dólares.

Incluso se permitió bromear sobre la situación de la economía estadounidense al recordar los temores expresados la semana pasada por el primer ministro chino, Wen Jiabao, sobre la solvencia del Gobierno de Estados Unidos.

"Si quiere buscar alternativas, le puedo sugerir los bonos brasileños", apuntó.

Los asistentes al foro celebrado en Nueva York abordaron varios aspectos de la economía brasileña, entre ellos las alianzas y asociaciones que puede formar el país latinoamericano en un nuevo entorno financiero y la crisis global.

También examinaron las oportunidades de inversión que ofrece la mayor de las economías latinoamericanas, particularmente en los ambiciosos proyectos de infraestructura que quiere llevar a cabo el Gobierno de Lula en materia de energía, transporte y vivienda.