La CE valora el esfuerzo de los países ante la crisis pero no tolerará el déficit excesivo

Según los cálculos expuestos por el Ejecutivo comunitario a los ministros de Finanzas de la UE (Ecofin), los Veintisiete invertirán en 2009 y 2010 fondos equivalentes a entre el 3% y el 4% del PIB comunitario para apoyar a la economía europea en esta fase de desaceleración.

La mayor parte de esa cantidad se debe al aumento del gasto derivado del deterioro económico, pero Bruselas calcula que más del 1% corresponde a políticas coyunturales dirigidas a impulsar la reactivación.

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, destacó el "muy importante" esfuerzo de los países y consideró que la mayoría de las medidas que han adoptado están en línea con lo propuesto por la CE (son oportunas, temporales y selectivas).

Como consecuencia de este aumento del gasto, el déficit presupuestario medio en la UE escalará hasta el 4,8% del PIB en 2010, la cifra más alta de los últimos quince años.

En el caso de España, el esfuerzo presupuestario adicional en 2009 y 2010 asciende al 4,9% del PIB, sólo superado por Irlanda (6,7%) y Reino Unido (5%).

Este incremento del gasto también sitúa a España entre los países cuyo déficit rebasará claramente y durante más de un año el límite de déficit del 3% del PIB que fija el Pacto de Estabilidad, lo que le acarreará con total seguridad un proceso sancionador.

Según adelantó hoy el vicepresidente segundo del Gobierno español, Pedro Solbes, la apertura formal del expediente a España se producirá en abril o mayo y Bruselas pedirá que la corrección del déficit comience en 2010, para dejarlo por debajo del 3% en 2011.

Según las previsiones del Gobierno español, el déficit tocará techo en 2009 (al llegar al 5,8%) y, aunque se irá moderando a partir de esa fecha, en 2011 seguirá superando el umbral, al situarse en el 3,9%.

A la pregunta de si es factible mejorar esas cifras, Solbes dijo que "hay que intentar conseguir" lo que pide la Comisión.

El ministro reconoció que, en el caso español, la dificultad radica en combinar el rigor presupuestario con el impulso de política fiscal necesario para mejorar el contexto económico.

El presidente de turno del Ecofin, el ministro checo, Miroslav Kalousek, reseñó que para restaurar la confianza en la economía europea hay que retomar lo antes posible la senda de consolidación fiscal; "no podemos renunciar" a ese objetivo, advirtió.