Madrid triplica su tasa de oficinas vacías desde el inicio de la crisis

Madrid cuenta con 1,7 millones de metros cuadrados de espacio para instalar oficinas vacíos o con el cartel de 'se alquila', lo que supone el 11,4% del parque total de oficinas con que cuenta la capital (14,85 millones de metros cuadrados), según datos de cierre de septiembre de la consultora inmobiliaria Jones Lang LaSalle.

Este porcentaje de oficinas vacías multiplica por más de tres al mínimo del 3,38% que se registraba a mediados de 2007, último ejercicio antes de la crisis.

Según esta firma, sólo en el tercer trimestre de año la superficie de oficias disponibles ha crecido un 2,1%. Además, prevé que esta tendencia se mantenga "a medio plazo" y que el espacio de oficinas vacías en la capital aumente otro 3,5%.

"Se espera que algunos inquilinos de oficinas pasen a sedes propias que tienen en construcción, y que algunos inmuebles que ocupan organismos de las administraciones públicas se liberen a corto plazo", apunta Jones Lang LaSalle.

En paralelo, la contratación de oficinas continuó descendiendo, dado que entre los pasados meses de julio y septiembre se arrendó una superficie de unos 61.000 metros cuadrados, un volumen un 30% inferior al de un año antes.

Así, ante el aumento de la oferta y el continuo descenso de la demanda, el precio de alquiler de oficinas en Madrid siguió bajando, un 2% sólo en el tercer trimestre del año, descenso que es aún más pronunciado (del 4,2%) en el caso de las ubicadas en la periferia de la capital.

EFECTOS DEL 'BANCO MALO'.

En cuanto al mercado de inversión, Jones Lang LaSalle constata que en el tercer trimestre no se cerró ninguna compraventa relevante de patrimonio para oficinas en Madrid, y que tampoco se esperan operaciones de este tipo para lo que resta de ejercicio.

En este sentido, la consultora se refirió al futuro 'banco malo' para indicar que los inversores interesados en activos inmobiliarios terciarios españoles están a la espera de su puesta en marcha.

En su opinión, "será fundamental estudiar la regulación aplicable a la sociedad de gestión de activos (SGA) para que los bancos determinen el valor de estos activos y opten, en su caso, por transmitirlos a este 'banco malo' o al mercado".