El sector privado de la eurozona pierde impulso en mayo, pese al máximo de cuatro años del empleo

El índice PMI compuesto de la actividad total de la zona euro se situó en los 53,6 puntos en el mes de mayo, lo que supone un descenso de tres décimas en comparación con los 53,9 de abril, pero dos décimas más en relación con la estimación preliminar de 53,4 puntos por un incremento mayor del previsto de la actividad en Francia.

En concreto, incide en que tanto la producción manufacturera como la actividad del sector servicios de la zona euro aumentaron en

mayo, pero los ritmos de expansión se desaceleraron en ambos casos. Además, apunta que el crecimiento de la actividad comercial de los servicios se mantuvo ligeramente por encima del de la producción manufacturera.

De las "cuatro principales" economías, España se mantuvo "muy por delante" del grupo, a pesar de registrar una ligera desaceleración en su ritmo de expansión. Por su parte, Italia y Alemania mostraron unos ritmos de crecimiento más lentos de la actividad total y de los nuevos pedidos en comparación con el mes anterior.

Por el concreto, Francia logró impulsar su crecimiento en mayo y su ritmo de expansión de la actividad económica se aceleró hasta su nivel más elevado en tres meses gracias al flujo más rápido de entrada de los nuevos pedidos, que marcó máximos desde agosto de 2011.

Respecto al conjunto de la eurozona, Markit remarca que los ritmos de expansión de la actividad total y de los nuevos pedidos se ralentizaron hasta sus niveles más bajos en tres meses, mientras que, por el contrario, se registraron "noticias positivas" con respecto a los

precios en una región que muchos consideran que está "bajo la amenaza de una posible deflación".

Por su parte, el empleo aumentó por séptimo mes consecutivo en mayo, y la tasa de crecimiento del empleo alcanzó su récord en cuatro años. El ritmo de crecimiento del nivel de dotación de personal se aceleró en Alemania (máximo de dos meses), Francia (máximo en 41 meses) y España (su máximo en 94 meses). En Italia también se mantuvo sólido a pesar de haberse ralentizado ligeramente.

"La debilidad del euro está impulsando el sector productivo y las familias se están beneficiando de una menor inflación, pero el alto desempleo de la región continúa limitando el gasto en bienes y servicios", afirmó el economista jefe de Markit, Chris Williamson.

En este sentido, Williamson advirtió de que el aumento de la incertidumbre que rodea a la crisis de la deuda griega también está actuando como "un freno para el crecimiento".

Así, remarcó que, aunque la actual expansión señalada por el PMI sugiere la posibilidad de que la zona euro disfrute de un crecimiento del 2% en 2015, existen "riesgos significativos". "Una escalada de la crisis griega podría descarrilar rápidamente la recuperación", alertó.