Mueren 31 integristas en ofensivas del Ejército en el noroeste de Pakistán

El teniente coronel Basir Haider explicó que "las fuerzas de seguridad bombardearon ayer con helicópteros escondites y refugios" de los integristas en varias áreas del norteño valle de Swat, donde la insurgencia talibán se ha hecho fuerte en los últimos meses.

"Al menos 24 insurgentes han muerto en los bombardeos. También se han registrado combates esporádicos con las tropas de infantería", agregó.

El Ejército asegura haber iniciado un cambio de estrategia en este valle, perteneciente a la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP), que desde 2007 ha sufrido un severo deterioro de la seguridad.

Sin embargo, varias fuentes militares y de inteligencia occidental se han mostrado escépticas sobre este cambio de estrategia y han expresado sus dudas a Efe sobre las cifras de víctimas que ofrecen las Fuerzas Armadas paquistaníes.

"Nuestra impresión es que no tienen estrategia", dijo a Efe una de las fuentes, quien añadió que la cúpula militar admite mucha menos pérdida de control de territorio frente a los talibanes de la real.

"En Swat, el Ejército apenas tiene una división de infantería. No están en el terreno. Están lanzando obuses desde 30 y 40 kilómetros de distancia. Así es complicado reducir el daño colateral", explicó otra fuente de inteligencia.

Los talibanes, liderados por el mulá Fazlulá, pretenden imponer la sharía o ley islámica en el valle de Swat, donde han creado tribunales paralelos, ajustician a gente a plena luz del día y se mueven con facilidad incluso en la capital, Mingora.

Mientras, en la región tribal de Bajaur, fronteriza con Afganistán, donde el Ejército también desarrolla una operación desde verano de 2008, al menos otros siete insurgentes fallecieron en ofensivas aéreas, según el portavoz militar.

Haider aseguró que cerca de 1.400 integristas han fallecido ya en esta operación, que hace unas semanas se ha desplazado al sur, a la región vecina de Mohmand.

Tanto Swat como las áreas tribales son zonas de difícil acceso para los informadores, por lo que resulta complicado contrastar las cifras de muertos que regularmente ofrece el Ejército, que a menudo, según han reconocido a Efe fuentes militares, se basan en las conversaciones telefónicas de los insurgentes interceptadas por las autoridades y no en el recuento de cadáveres.