Tailandia despliega soldados armados en el distrito financiero de Bangkok

Agentes antidisturbios y militares se apostaron en grupos distanciados por manzanas de edificios a lo largo de la calle Silom, el Wall Street tailandés, y se han pasado el día bajo un sol abrasador que al final se convirtió en el único enemigo.

Vecinos y comerciantes de la zona llevaban refrescos en bolsitas de plástico a los miembros de los cuerpos de seguridad, ataviados con la ropa y equipo reglamentarios, incluidos cascos y mascarillas contra la contaminación.

La sede del Bangkok Bank, en Silom, recibió protección especial del Ejército, que estableció controles con alambre de espino para frenar a los seguidores del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, grupo dirigido por testaferros del ex primer ministro Thaksin Shinawatra y que organiza la movilización antigubernamental.

Los dirigentes del Frente Unido acusan a esta sociedad comercial de haber estado detrás de la asonada que depuso a Shinawatra en 2006.

El portavoz del Gobierno, Panitan Wattanayagorn, confirmó a los medios de comunicación que "hay varias unidades armadas para defenderse de los ataques de terroristas que se ocultan ente los manifestantes".

Las autoridades quieren evitar que se repitan los altercados del sábado 10 de abril, cuando el enfrentamiento entre manifestantes y cuerpos de seguridad causó 24 muertos, 5 militares, 18 "camisas rojas" y 1 camarógrafo japonés de un medio de prensa extranjero, y 874 heridos.

Unas horas después del despliegue de la tropa, Weng Tojirakarn, uno de los cabecillas del Frente Unido, anunciaba un cambio de plan y el aplazamiento de la marcha por Silom.

La protesta, que exige la convocatoria de elecciones anticipadas, permaneció en el campamento base, en una intersección de la calle Ratchaprasong, en el casco antiguo.

Mientras las fuerzas de seguridad y los manifestantes jugaban al gato y al ratón, dos hermanas tailandesas de 13 y 14 años resultaron heridas al estallar un artefacto explosivo que estaba escondido en un cubo de basura en Bangkok.

El suceso ocurrió sobre las diez de la mañana cuando las jóvenes pasaban al lado de una fábrica de granito de la barriada de Bangbon.

Más de una treintena de explosiones han tenido lugar en distintas partes de la capital desde que arrancaron estas manifestaciones con una concentración de 100.000 personas en Bangkok, el 14 de marzo.

El primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, quien el viernes pasado entregó el mando de la seguridad al jefe del Ejército, Anupong Paochinda, se reunió hoy con su gabinete económico para evaluar el impacto de las protestas.

La sesión con ministros y representantes de la Cámara de Comercio de Tailandia y la Federación de Industrias de Tailandia, entre otros, se celebró en el cuartel del 11 Regimiento de Infantería, donde el mandatario instaló su oficina cuando empezaron las manifestaciones.

El Ministerio de Finanzas calculó en su día en 10.000 millones de bats (309,7 millones de dólares o 230,6 millones de euros) las perdidas en una semana que ocasionará la ocupación de Silom, que empezó el 3 de abril.

La Cámara de Comercio de Tailandia apuntó hoy al Ejecutivo que de durar dos meses los daños subirán hasta los 70.000 millones de bat (2.168 millones de dólares o 1.614 millones de euros).

El mercado bursátil de Bangkok, que hasta el estallido de la violencia no hizo caso de las protestas aunque se hubiese declarado el estado de excepción en la capital, cedió hoy otros 9,87 unidades o un 1,34 por ciento, que colocaron al índice SET en el nivel 726,29 al cierre.

La Bolsa de Valores tailandesa se ha depreciado un 8 por ciento desde los violentos enfrentamiento del día 10.

Tailandia vive una profunda crisis política fruto de la pugna entre los seguidores y detractores del prófugo Shinawatra, condenado en 2008 a dos años de cárcel por un delito de corrupción.