El partido antieuropeo UKIP desplaza a los conservadores de Cameron en una votación legislativa especial

El UKIP supone una amenaza para los conservadores al tratarse de un partido que podría atraer a los desencantados con el Gobierno de Cameron, quien ha reconocido tras esta última votación que, si bien el UKIP todavía no es la fuerza política que sus dirigentes afirman ser, los votantes de esta formación aportan una opinión muy a tener en cuenta.

El partido ultraconservaodor, que articula su programa político en torno a la salida de la Unión Europea y el endurecimiento de normativa contra la inmigración, ha quedado segundo en los comicios especiales para el escaño de Wythenshawe y Sale East, que quedó vacío el mes pasado tras el fallecimiento de su ocupante, el diputado laborista Paul Goggins.

El escaño de Goggins ha terminado en manos del también laborista Mike Kent, que ha conseguido 13.261 votos por 4.301 votos del candidato del UKIP, John Bickley, que ha terminado hundiendo a los conservadores al tercer puesto.

El primer ministro británico ha entendido el resultado del UKIP como un toque de atención a su propio partido. "Desde luego no ha sido la irrupción brutal de la que se estaba hablando, pero hay que escuchar con mucho cuidado a sus votantes", declaró Cameron tras los comicios.

"Siempre que hay elecciones especiales, la gente sabe que el Gobierno no va a cambiar, pero aun así envía mensajes, señales de protesta a la que el Gobierno debería atender. Es algo que yo siempre hago", ha apostillado en declaraciones recogidas por el diario británico 'The Telegraph'.

EL UKIP, TERCERO EN ENCUESTAS

A pesar de su éxito, el UKIP ha caído en popularidad de cara a las elecciones europeas y figura como tercera opción por detrás de laboristas y conservadores, según un sondeo difundido este martes por el periódico 'The Guardian'.

La encuesta, realizada por ICM a partir de 1.002 entrevistas, apunta que uno de cada cinco británicos votarán por UKIP en los próximos comicios, un nivel superior al 16,5 por ciento firmado por la formación euroescéptica en las elecciones de 2009 pero insuficiente para imponerse a los partidos tradicionales.

El Partido Laborista figura como favorito y podría lograr en torno al 35 por ciento de los sufragios, diez puntos más que el Partido Conservador. Por su parte, el Partido Liberal Demócrata, socio de la coalición de Gobierno, se tendría que conformar con el 9 por ciento de los votos.