Acusa a los médicos de dejar morir a su bebé por ser demasiado prematuro

Sophie Dennis tuvo un embarazo de alto riesgo debido a varias complicaciones causadas por un hematoma, lo que la obligó a dar a luz a Autumn la semana 22 y un día, según el cálculo de los médicos, a la semana 22 y dos días, según Dennis.

Cuando nació su hija, los médicos de la Royal Victoria Infirmary de Newcastle dijeron que no podían hacer nada por salvarla porque era demasiado pequeña, según publica el diario The Sun.

Estos están avalados por el Real Colegio de Obstetras y Ginecólogos, que establece que los bebés nacidos antes de las 24 semanas representan un "gran desafío médico y ético" por la baja probabilidad que hay de que sobreviva. De hecho, en Reino Unido se permite el aborto hasta este tiempo.

Dennis denuncia que los médicos dijeron que la supervivencia de su hija no era "viable" por el cálculo, dice, erróneo que hicieron de su embarazo ya que el hospital ha permitido que otros bebés salgan adelante con 23 semanas. Cree que de haber insistido en que la pequeña había nacido a las 22 semanas y dos días, "podría estar aquí".

Ha explicado al mismo medio que estuvieron unas horas con ella "piel con piel" hasta que falleció. "No pudimos hacer nada para ayudar a nuestra hija pequeña, pero tratamos de hacerla sentir tan querida, cálida y cómoda como pudimos hasta que falleció", ha dicho.

En una petición publicada en la página change.org, Sophie Dennis solicita que los médicos permitan que otros bebés como Autumn salgan adelante porque expresa "ella tenía derechos y nosotros, como padres, también, pero nos los quitaron y decidieron por nosotros".