El pueblo colombiano de La Chinita perdona a las FARC por la masacre de 35 personas en 1994

En el marco de un encuentro entre miembros de la guerrilla y víctimas, el líder de las FARC 'Iván Márquez' ha pedido perdón, en público y en privado, por los sucesos de La Chinita, y ha señalado que nunca se había ordenado desde la guerrilla.

Durante una verbena a la que asistían unas 200 personas, un comando de una veintena de miembros del V Frente de las FARC irrumpieron en busca, presuntamente, de antiguos miembros del Ejército Popular de Liberación. El asalto se saldó con 35 muertos, entre ellos tres niños, además de solo dos desmovilizados del EPL.

"Hemos venido a La Chinita 22 años después a pedirles perdón con humildad por todo el dolor", ha afirmado 'Iván Márquez' ante las víctimas, según declaraciones recogidas por la emisora colombiana Caracol.

"Jamás debió ocurrir lo sucedido en esa noche de alegría y verbena popular, nunca el mando de las FARC ordenó tal atrocidad, pero aquí estamos para responder", ha continuado. El acto, en el que estuvo acompañado de Félix Antonio Muñoz Lascarro, alias 'Pastor Alape', acabó con abrazos entre los guerrilleros y las víctimas.

"Las víctimas de La Chinita sí perdonamos, sí perdonamos a las FARC y apoyamos la paz", han indicado. Este mismo lunes, las FARC firmaron con el Gobierno de Juan Manuel Santos un acuerdo de paz que, de ser verificado este domingo por los ciudadanos colombianos, pondrá fin a más de medio siglo de conflicto.

Poco antes del acto, una de las calles de la localidad, denominada calle de La Masacre, se ha rebautizado como Calle de la Esperanza.

PERDÓN A LAS VÍCTIMAS

El acto de La Chinita tiene lugar un día después de que los dos líderes de la guerrilla pidieran perdón una vez más por la masacre de Bojayá en 2002, en la que murieron 117 personas.

Los dos miembros de la guerrilla se trasladaron al departamento de Chocó, donde reiteraron sus disculpas por el ataque, que además de los muertos --entre los que se encontraban medio centenar de niños--, obligó a 6.000 personas a desplazarse tras el lanzamiento de una bomba contra una iglesia.