Encerrados en un baño del club Pulse, en Orlando, un grupo de personas se angustia ante la inminente llegada del asesino. De un momento a otro Omar Mateen podría entrar en el pequeño espacio y asesinarlos como ya había hecho con otros tantos asistentes minutos antes. Refugiados en el aseo, lloran y se reconfortan diciendo que quizá no podrá abrir la puerta. Una grabación conmovedora de estos supervivientes de la masacre en el local gay.