Bolas escapistas, disfraces y nervios en el Teatro Real de Madrid

Lorena y Nicol ya sabían lo que era cantar el Gordo. Lo hicieron el año pasado, pero esta noche les ha costado dormir. Quizá una corazonada, porque han repetido. Ha sido una de las anécdotas del sorteo más esperado del año que no ha defraudado. No han faltado un par de bolas que han terminado en el suelo, un niño que se ha quedado sin voz... y como es habitual, los espectadores que hacen cola toda la noche para lucir sus disfraces en el patio de butacas.