El móvil de Antonio Ortiz lo sitúa en los escenarios de los raptos y las agresiones

Antonio Ortiz hacía un uso abusivo de su móvil, hablaba a menudo con su novia, con su exmujer, con sus hijos... y lo tuvo a mano cuando se produjeron los raptos de las niñas. Los investigadores han contado ante el tribunal que juzga al presunto pederasta de Ciudad Líneal que los posicionamientos de su teléfono lo situán en los escenarios donde desaparecieron y fueron agredidas las niñas. En el caso de la niña española que inició la investigación Candy, la ubicación de su teléfono encaja con el sitio donde se raptó a la menor, sigue el recorrido que hizo en su coche y se le puede situar en la vivienda de su madre donde, como ella misma declaró, paró para coger las llaves del piso donde presuntamente después agredió a la menor. Con estos datos los investigadores comprobaron que ese mismo móvil estaba en el lugar del rapto de otra niña denunciado en 2013. En ese momento se publicó que se seguía el rastro del teléfono del pederasta y Antonio Ortiz toma medidas. A partir de entonces apaga su teléfono durante la agresión, pero no antes y después, y eso permite situarlo en las proximidades de los lugares donde se produjeron las demás agresiones. Además, una de las pequeñas recordaba que el teléfono había sonado cuando estaba con él. Se lo contó a los investigadores y aunque Antonio Ortiz no atendió esa llamada sí ha servido para situarlo en la calle que reconoció la pequeña.