Catalá conforma un equipo "brillante" y multidisciplinar para lograr el "éxito" en la nueva etapa de Justicia

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha comenzado este lunes su andadura al frente del Ministerio de Justicia con un equipo "brillante", formado por altos cargos procedentes de muy diversas profesiones y que tienen en común la voluntad de trabajar por el "bien común" para que a través del diálogo esta etapa sea un "éxito".

Así se ha expresado Catalá tras la jura y toma de posesión de sus cargos en el Palacio de Parcent de la nueva secretaria de Estado de Justicia, Carmen Sánchez-Cortes; la subsecretaria de Justicia Aurea Roldán; el secretario general de la Administración de Justicia, Antonio Dorado; el nuevo director general de Cooperación Jurídica Internacional y Relaciones con las Confesiones Javier Herrera García-Canturri y el nuevo secretario general Ténico Julio Fuentes.

En su discurso, Catalá ha destacado que su nuevo gabinete se compone de profesionales de perfiles muy diferentes, entre los que se encuentra una administradora civil, un diplomático o un secretario judicial, pero siempre con una "brillante" carrera a sus espaldas. "Es un equipo cohesionado, coordinado y motivado para afrontar las reformas, un equipo extraordinario de primer nivel para que esta etapa sea el éxito que todos queremos que sea", ha añadido.

BUENAS LEYES Y MEJOR ORGANIZACIÓN

Con estas palabras Catalá ha dado la bienvenida a sus colaboradores tras agradecer el "magnífico" trabajo desempeñado por sus antecesores, el secretario de Estado Fernando Román, el subsecretario Juan Bravo o el secretario general de la Administración de Justicia, Joaquin Silguero, entre otros.

El ministro ha recalcado la "vocación permanente al diálogo, a la participación y a la búsqueda de soluciones compartidas" de su nuevo equipo, que desde hace días está "volcado permanentemente" en la búsqueda de "modelos compartidos" para abordar los problemas de la Justicia de la mano de todos los operadores jurídicos.

Catalá, que ha agradecido el esfuerzo de los altos cargos, algunos de los cuales han cambiado su localidad de residencia, y el apoyo de sus familias, ha apostado por "buenas" leyes, medios materiales y, sobre todo, por mejoras en la organización y en el aprovechamiento de los profesionales para alcanzar una "Justicia del siglo XXI".