El dueño del D'Angelo dice que los acusados de estafarle aprovecharon que "no entendía" de arte

Durante la vista, que ha tenido lugar en la sección primera de la Audiencia de Alicante, el afectado ha explicado cómo los tres acusados --un anticuario malagueño, un empleado de éste, y el supuesto vendedor de los cuadros-- intentaron engañarle para que pusiera el dinero.

La Fiscalía ha retirado la acusación contra un cuarto imputado, el chofer del anticuario, que había transportado las obras desde Andalucía hasta Alicante, debido a que no participó en la estafa sino que se limitó a transportar los cuadros.

Durante su intervención, el empresario alicantino que fue víctima de la presunta estafa ha indicado que conoció al principal acusado en Madrid, porque fueron presentados por un amigo común, y que contactó con él en diciembre de 2006 en una exposición del anticuario porque estaba interesado en comprar algunos objetos decorativos, una fuente de bronce, según ha especificado.

El demandante ha afirmado que tras contactar con el principal acusado, ya en enero de 2007, su empleado, también imputado, le hacía "el paripé" y le decía que su jefe "tenía muchos millones" y que "había hecho negocios con 'El Pocero' y en Marina d'Or (Castellón)". Así mismo, cuando se encontró con el anticuario, éste le ofreció unos cuadros "horrorosos", pero negó el ofrecimiento porque "no entendía" de arte.

Posteriormente, el empresario alicantino se desplazó a Marbella (Málaga), lugar donde el anticuario tenía su establecimiento, para tratar unos negocios previos que habían hecho, del mismo modo que éste había acudido a Alicante, donde el imputado le habló de un negocio con un "millonario" de Granada.

JOSÉ "EL DE GRANADA"

Tras estos encuentros, el anticuario y el demandante acudieron a Madrid para una reunión con un presunto millonario granadino interesado en vender un lote de cuadros, pero el empresario alicantino ha afirmado que "no estaba interesado" en realizar ninguna compra de cuadros porque "no entendía de arte", pero el imputado le solicitó que se fingiera interesado porque a él no le quería vender los cuadros por "desavenencias anteriores".

Tras varios regateos, el presunto vendedor aceptó 950.000 euros por los cuadros, por lo que el anticuario solicitó al demandante una señal de 10.000 euros a cuenta, así como que le prestara 400.000 euros para la compra del lote de cuadros asegurándole que a los tres días serían recogidos por un supuesto comprador interesado de su club de Alicante, donde serían depositados como "garantía" del cobro.

Tras días de espera ese presunto comprador no fue a recoger los cuadros, por lo que el empresario alicantino solicitó al imputado que le devolviera el dinero, éste le contestó que no lo tenía, y le extendió un documento en el que se le reconocía al demandante la propiedad del 50 por ciento del precio del lote de cuadros.

SEGUNDO LOTE DE CUADROS

El empresario alicantino ha afirmado que el anticuario le dijo que le enviaba un segundo lote que había comprado "a una viuda de Cádiz" y que por ambos lotes cobrarían 1,3 millones de euros, pero al contactar el demandante con el transportista, cuya imputación ha retirado la Fiscalía, éste le dijo que los cuadros no eran de dicha ciudad, sino de la tienda del anticuario.

Posteriormente, según el relato del demandante, éste le comunicó al anticuario sus sospecha de que había sido estafado, a lo que el acusado le afirmó que al vender los cuadros cobrarían. El empresario alicantino ha indicado que se negó a esperar, de modo que el imputado le ofreció la posibilidad de saldar la deuda con antigüedades de su tienda, a lo que también se negó, según ha asegurado.

IMPUTADOS Y PERITOS

Por su parte, los imputados han negado haber actuado en connivencia, al tiempo que han asegurado que el empresario alicantino sí estaba interesado en comprar obras de arte y que llevó "la voz cantante" en la negociación, así como que fue el demandante quien aseguró conocer a "constructores con dinero" interesados en comprar los cuadros.

En último lugar han declarado tres expertos en obras de arte con el fin de determinar el valor aproximado del lote de cuadros. Uno de los expertos, un catedrático de la Universidad de Sevilla llamado a declarar por los acusados, ha afirmado que los cuadros podían llegar a valer 500.000 euros si se confirmase su autenticidad.

Por el contrario, el perito requerido por la parte demandante ha aseverado que el valor de las obras no alcanzaba los 40.000 euros. Así mismo, la experta citada por el tribunal ha asegurado que la tasación de los cuadros "es complicada" porque carecen de "certificación de autenticidad".