El cura de la iglesia de San Pablo, Valladolid, vivió en primer plano la aparición del joven que atemorizó a todos los invitados de una boda al grito de "Alá es grande'. Momentos de tensión que recuerda perfectamente la persona que en ese momento oficiaba la ceremonia. " Yo nunca tuve miedo, así como otros tenían, pero sí tensión", declara el eclesiástico.