Igual que un político promete cosas en campaña a los electores, un constructor promete cosas a los políticos cuando quieren sacarles algo, como Enrique Ortiz, el promotor alicantino habitual en los juzgados por casos como Gürtel o Brugal, y que tenía claro que había que tener contentos a los ayuntamientos. Así contaban cómo funcionaba ese mercadeo de regalos.