El Foro de Biarritz constata que la globalización sigue sin gobernanza

Con la atención puesta en la próxima cumbre del G-20, algunos participantes en este foro de reflexión sobre las relaciones entre la Unión Europea y América Latina resaltaron la incertidumbre que rodea a la economía mundial y al sistema financiero, tras reconocer que Latinoamérica ha resistido la crisis internacional.

En cuanto a un futuro a largo plazo, Grebbe dijo que "hay una transición hacia un mundo bipolar", en el que el Atlántico esta siendo reemplazado por el Pacífico como eje dinámico de la economía mundial y que da lugar a la emergencia de nuevos polos como el BRIC (Brasil, Rusia, India y China).

Este foro, presidido por el ex presidente Colombiano, Ernesto Samper, y en el que participaron un centenar de políticos, economistas y otros expertos de América Latina y Europa, se celebra anualmente de forma alterna en Biarritz y en un país latinoamericano, que el año próximo será la República Dominicana.

Pero la nota al acto de clausura del foro la puso el ex candidato a la presidencia de Brasil José Serra quien aprovechó para acusar al Gobierno del presidente saliente, Luiz Inácio Lula da Silva, de desindustrializar el país y llevar a cabo un "populismo" de derechas en materia económica.

Durante su intervención, una miembro de la Fundación Zapata de México que participaba en el Foro le gritó a Serra: "porque no te callas".

Posteriormente, tomó la palabra Teresa Cunillera, diputada y primera vicepresidenta del Congreso de los Diputados de España, quien destacó que en la cumbre UE-Latinoamérica y Caribe, celebrada en Madrid en mayo pasado, se "dio un paso importante" en la relación entre los dos bloques, a la vez que rechazó las criticas en este foro sobre el desconocimiento en la UE sobre América Latina.

Cunillera aprovechó su intervención para defender la igualdad y destacar la necesidad de que se aproveche el "talento" de las mujeres, y sobre la democracia declaró que hay que cuidarla y "regarla cada día como una planta preciosa".

También participó en el acto el ministro de Economía y Planificación y Desarrollo de la República Dominicana, Temístocles Montas, quien recordó la tragedia de Haití y pidió a la comunidad internacional que cumpla sus compromisos con ese país.

En esta edición, los temas a debate fueron los procesos de integración de la UE y América Latina, el estado de gobernabilidad y democracia en Latinoamérica, las nuevas políticas económicas para el empleo o los inmigrantes latinoamericanos en Europa.

Sobre la integración latinoamericana hubo cierto consenso en el foro de que no será posible que América Latina hable con una sola voz y también se constató que la región pierde relevancia como destino de las inversiones extranjeras, mientras que en el ámbito de la cooperación se prevé que las ayudas de la UE bajen drásticamente.

En cuanto a la democracia en América Latina, quedó latente que hay diferentes niveles de democracia, que no es suficiente celebrar elecciones, sino que también hay que reforzar las instituciones y llevar a cabo una separación de poderes.

En el debate sobre el calentamiento global, se trató, con poco optimismo, sobre las expectativas de la XVI Conferencia de las Partes de la ONU sobre Cambio Climático (COP16), que se celebrará en Cancún (México) a finales de este mes y principios de diciembre.

Este debate estuvo presidido por Manuel Marín, ex presidente del Congreso de Diputados de España y ex vicepresidente de la Comisión Europea, quien consideró difícil que hayan grandes progresos en Cancún, debido, entre otros factores, al resultado de las recientes elecciones en EEUU, pero consideró razonable pensar que la cita del próximo año en Sudáfrica "las cosas estarán un poquito mas claras".

"Es una medida juiciosa el que no se haya esta vez convocado a los jefes de Estado o Gobierno (...) va a ser una cumbre ministerial, con menos repercusión política, visto lo que aconteció en Copenhague", dijo Marín en declaraciones a Efe, al subrayar que desde ese punto de vista, la cumbre de Cancún "esta mejor montada".

En cuanto al debate sobre la libertad de prensa, se identificó como amenazas a la misma la concentración de la propiedad de medios, la violencia del crimen organizado, la autocensura como resultado de las presiones del poder y la debilidad de las instituciones democráticas en algunos países de Latinoamérica.