Monteagudo recurrirá al entender que su competencia no era planificar el dispositivo desplegado en la fiesta

El exinspector jefe de la Policía Municipal de Madrid Emilio Monteagudo ha asegurado este martes que recurrirá el auto que le procesa formalmente en el caso Madrid Arena, mientras que su letrado ha precisado que impugnará la resolución al entender que su competencia no era planificar el dispositivo policial que se desplegó la trágica noche de la fiesta de Halloween.

Así lo ha señalado el exmando policial a Europa Press un día después de que presentara su dimisión tras darse a conocer el contenido de la resolución dictada por el instructor del procedimiento judicial, cuyas diligencias han concluido.

Por su parte, el abogado Salvador Díaz, que representa a Monteagudo, ha señalado a Europa Press que entiende que su cliente no debería estar imputado, ya que no tuvo "responsabilidad directa en lo que pasó". "Cumplió con su trabajo, como los concejales, y se encontraron con esto", ha dicho.

En este punto, el letrado se ha referido a la jefa del dispositivo policial, Cándida Jiménez, y ha asegurado que ella "sí sabía lo que pasaba". "Conforme al reglamento policial tiene la obligación y la competencia de planificar el evento. Quien planificó el servicio es Cándida y era su responsabilidad", ha aseverado.

Según Palop, el "macro botellón" fue una de las causas de la tragedia, lo que le ha llevado a acusar formalmente a Monteagudo, por su "negligencia" como responsable máximo del Cuerpo, al considerar que la presencia policial fue "contemplativa, insuficiente, esporádica" y denotó "una pasividad inadecuada para la gravedad de los hechos que estaban aconteciendo".

"La Policía municipal ni evitó, ni palió ni aminoró (el botellón) sino que tuvo una actitud que benévolamente puede ser calificada de contemplativa", afirma el juez en el auto fechado el pasado 29 de agosto.

Monteagudo es acusado de delitos de homicidio por imprudencia grave y lesiones como máximo responsable de la actuación del cuerpo policial a su mando durante el botellón, que tuvo "una importancia decisiva como desencadenante de la tragedia que posteriormente habría de producirse".

Dicho botellón se produjo en los aledaños al Madrid Arena "desde varias horas antes" de que empezara el espectáculo y que, según los testimonios de asistentes, "llegaba desde la salida del metro de Lago", en una distancia "no inferior a un kilómetro".