La tensión vuelve al Congreso en la última sesión del curso político

Durante la sesión de control al Gobierno en el Pleno del Congreso, Zapatero ha defendido las propuestas que ha puesto en marcha su gabinete, tanto "antes" como "después" de las elecciones del 9 de marzo, para atender a "los problemas económicos" que afectan a los ciudadanos.

De hecho, ha subrayado que la primera decisión tras los comicios fue hacer una rebaja fiscal para devolver a los trabajadores seis mil millones de euros a través de una deducción en el IRPF, aliviar el efecto de la subida de los hidrocarburos y tomar medidas de apoyo a las empresas.

A continuación ha recalcado que "a pesar de las dificultades económicas", su gobierno no hará "decretazos" ni va a "recortar" derechos laborales como, según ha dicho, hizo el gobierno de José María Aznar, sino que apostará por el diálogo social con los agentes sociales. Zapatero ha señalado que apostará por subir las pensiones mínimas, el salario mínimo o las becas y no por "congelarlo" como hizo el PP.

En su alocución, Rajoy ha afirmado que los españoles no han recibido "buenas noticias" en materia económica porque ha bajado el crecimiento económico y el superávit y ha subido el paro, los precios y el déficit exterior. A estos datos, ha añadido, se suman los datos "preocupantes" del Índice General de Precios Industriales o el déficit comercial.

A su juicio, estos hechos demuestran que el gabinete socialista "no gobierna, está desorientado, da bandazos y no sabe lo que hay que hacer". "Usted está en la cosmética y su propio vicepresidente económico lo ha reconocido al decir que las medidas son mas psicológicas que reales", ha exclamado Rajoy. Ante esta crítica, el presidente del Gobierno ha aprovechado su turno de réplica únicamente para decirle que se sentía "satisfecho" de "seguir viéndole". Pero ha confesado estar "sorprendido" dado que el PP habla estos días de un "nuevo tiempo de diálogo". "Deseo que venga el diálogo y de momento mi grupo se conforma con el respeto", ha concluído. MLS Los españoles, "sin buenas noticias"