Comillas inviste doctores honoris causa al cardenal Coccopalmerio, del Vaticano, y al jesuita Hermann-Josef Sieben

El Rector Julio L. Martínez se ha referido al cardenal Coccopalmerio para destacar la búsqueda de la verdad que ha hecho desde el campo del Derecho ya que, según ha recordado, "hace décadas asumió la noble misión de la revisión y reforma que pidió el Concilio Vaticano II del Código de Derecho Canónico".

Según ha indicado el rector, Coccopalmerio ha impulsado "el cambio de actitud y mentalidad canónicas para que la ley necesaria en la Iglesia sea para los fieles un auténtico servicio y una eficaz garantía en el ejercicio de sus derechos fundamentales".

Por otro lado, el vicedecano de la Facultad de Derecho Canónico y padrino del doctorando, José Luis Sánchez Girón, ha destacado "el enfoque pastoral y no falto de rigor científico" de las obras de Coccopalmerio, "un exponente que ha marcado una generación de canonistas". Sánchez Girón también ha elogiado la cercanía del Cardenal a los pobres y desfavorecidos.

Sobre el profesor Hermann-Josef Sieben, han puesto de relieve su búsqueda de la verdad como servicio sin pretender obtener títulos ni reconocimientos, un trabajo que, según ha subrayado el rector, ha sido reconocido hasta por el Papa Emérito. "Su inmenso trabajo investigador ha guiado a nuestros profesores y a través de sus obras se han podido formar generaciones de alumnos en la Facultad de Teología", ha añadido.

En su discurso de aceptación, titulado 'Amor al derecho, amor a la ley', monseñor Coccopalmerio se ha referido a la "imposibilidad de entender la ley sin comprender antes el deber" y viceversa. "Donde existe un derecho existe un deber, que debe ser considerado como una necesidad vital o como una condición de la persona, incluso como la persona misma", ha matizado. En este sentido, ha explicado que "no existe el derecho, sino la persona titular del derecho".

Por su parte, Hermann-Josef Sieben, SJ, ha hecho un repaso histórico en su intervención titulada '¿Cómo definieron los Concilios su relación con el Papa y viceversa durante el primer milenio?'. En esta línea, ha indicado que las dos instituciones centrales de la Iglesia, el papado y los concilios, "no solo han mantenido relaciones de facto entre ellos, sino que han plasmado esta relación de forma explícita a través de textos de distinta naturaleza".