Los dos guardias urbanosacusados de matar a uno de sus compañeros se han acusado mutuamente de la responsabilidad en el asesinato del agente de Barcelona. En el interrogatorio, Rosa cuenta con frialdad cómo Albert se deshizo de Pedro y le amenazó con sus hijas. Por su parte, Albert cuenta que Rosa le enseñó el cuerpo y le pidió ayuda para deshacerse de él.