Las prisas no son buenas consejeras. Y menos en un avión. Vean la temeridad que se le ocurrió a un pasajero de un vuelo de Ryanair procedente de Londres que aterrizó con retraso en el aeropuerto de Málaga. La Guardia Civil le ha denunciado por poner en riesgo la seguridad aérea y se enfrenta a una multa de hasta 45.000 euros.