George W. Bush y sus memorias, camino de ser un "best-seller"

Bush, que con este libro ha roto su silencio y el retiro al que se sometió voluntariamente desde que dejó la Casa Blanca en enero de 2009, y por ello ha dado entrevistas a diestro y siniestro, ha recibido hasta el momento críticas mixtas por este trabajo que se comprometió a realizar justo después de abandonar Washington.

Está claro que los estadounidenses, que mayoritariamente despidieron a Bush con un sentimiento de alivio después de su presidencia, tienen gran curiosidad por saber qué piensa el ex mandatario de los principales acontecimientos que le tocó afrontar, como el huracán Katrina.

También quieren saber las íntimas razones por las que decidió declarar las guerras de Afganistán e Irak e, igualmente, están interesados en saber qué sentía este hombre el 11 de septiembre, cuando se produjo el peor ataque terrorista de la historia.

Con todo eso, Crown Publishers, que es parte de la editorial Ramdon House, hizo una primera edición de las memorias de 1.5 millones de ejemplares, de los que se han vendido ya más de la mitad. Por ello, se ha incrementado la tirada hasta 1.85 millones. Sólo en libros electrónicos se han vendido 100.000.

Sin embargo, las memorias no están exentas de polémica tampoco. La última controversia apunta a la posibilidad de que Bush haya plagiado gran parte de su obra, o al menos eso sugirió recientemente el periodista del sitio web Huffington Post, Ryan Grim, quien afirma que Bush utiliza párrafos de otros "palabra por palabra" como si fuesen suyos.

Grim ofrece una lista de las palabras que Bush ha tomado prestadas de fuentes como el libro "Bush en guerra" del periodista Bob Woodward, a lo que se suma un artículo en la revista New York Review of Book de Ahmed Rashid.

Y es que, en su opinión, Bush es "demasiado vago para escribir sus propias memorias", en línea con lo que dijo recientemente el humorista David Letterman: "Me leeré las memorias de Bush cuando se las lea él".

A pesar de que las memorias de Bush llevan un buen camino de ventas, aún están lejos de las alcanzadas por el libro de su antecesor Bill Clinton quien, en el 2004, consiguió vender 900.000 ejemplares de "My Life" durante la primera semana.

Quizá es que, en los "Decision Points" (Momentos Decisivos) de Bush no hubo ninguno que se llamara Monica Lewinsky.