Juez de EE.UU. se muestra favorable a pruebas de ADN en caso español Pablo Ibar

Pero el magistrado Jeffrey R. Levenson, indicó en una breve vista judicial que debido a aspectos de técnica procesal necesita la autorización del Tribunal Supremo de Florida para ordenar que se realicen esas pruebas.

Levenson, encargado del caso, reconoció que se trata de "un caso único y peculiar" en el que debe primar la justicia sobre cualquier otra consideración y fijó una nueva audiencia para el próximo 8 de junio.

"Aquí de lo que se trata es de que haga justicia, esto no es una batalla procesal, buscamos sólo la justicia", expresó el juez durante la vista judicial celebrada en un tribunal de Fort Lauderdale, al norte de Miami (Florida).

El pasado 19 de marzo, la defensa presentó a Levenson la declaración de un testigo que asegura que otra persona le confesó que era el autor de los asesinatos en 1994 de Casmir Sucharsky, dueño de un local nocturno, y dos modelos, Sharon Anderson y Marie Rogers, un crimen que fue grabado por cámaras de seguridad.

El testigo, bajo condición de anonimato, dijo que el preso William Ortíz, de 37 años, es el individuo que aparece en las imágenes del vídeo de seguridad de la casa donde se cometió el triple asesinato.

Levenson instó hoy tanto a la defensa como a los fiscales ponerse de acuerdo en la forma en que se presentarán las pruebas.

El abogado de Ibar, Benjamín Wasman, se mostró de acuerdo con el juez y reiteró que considera fundamental realizar las pruebas a Ortíz, sospechoso de los asesinatos por los que fue juzgado y condenado Ibar, de padre español y madre cubana.

Wasman señaló que "nada va a pasar de inmediato, básicamente".

Al tiempo que expresó su satisfacción porque el juez está "interesado en resolver primero estos asuntos (realizar las pruebas de ADN y huellas dactilares a Ortíz)".

"Lo más fácil es comparar las huellas dactilares y vamos a trabajar estrechamente con la Fiscalía para que esto se realice en un cierto período de tiempo", manifestó Wasman a Efe.

Ibar se encuentra en el corredor de la muerte desde 2000 en el penal de Raifor, en Starke, al norte del estado de Florida.