Oceana cursa en dos meses 28 denuncias por fondeo ilegal en Formentera

Así, los datos recopilados han permitido a la organización alertar a las autoridades de Baleares sobre esta práctica ilegal.

"Desde nuestras oficinas estamos siendo capaces de detectar las actividades de fondeo ilegal en el espacio protegido de Ses Salines. Somos conscientes de las limitaciones en los recursos públicos destinados a tareas de vigilancia, pero el número de fondeos sobre posidonia sigue siendo bochornoso, por lo que la gestión que se está haciendo de esta actividad no parece la más efectiva", ha declarado en un comunicado Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana Europa.

Este portavoz también ha asegurado que Oceana ha localizado hasta 22 barcos que habían fondeado claramente sobre posidonia en 28 ocasiones y ha añadido que "muchas de esas embarcaciones superaban los 40 metros de eslora".

Oceana ha explicado que han alertado a los órganos competentes mediante el envío de fichas elaboradas para cada buque detectado, en las que se detallan las características del barco y de la actividad del fondeo ilegal. Incluso se han dado casos de segundas y terceras alertas para un mismo buque. Asimismo, los Consells de Ibiza y Formentera han sido también informados.

"Las fichas de alerta recogen los detalles de cada buque, así como las horas de inicio y fin del fondeo y la posición exacta del mismo y se envían a las autoridades en cuanto se tiene constancia de ello.

Estamos viendo casos de buques fondeados sobre posidonia en las zonas supuestamente más protegidas o buques que, habiendo dado aviso de su presencia, han permanecido horas e incluso días en el mismo lugar", ha explicado Silvia García, científica marina de Oceana.

Oceana ha anunciado que continuará la vigilancia de estos fondeos sobre posidonia y remitirá al Ministerio de Medio Ambiente todos los casos detectados, exigiendo un auténtico control para limitar una de las "actividades humanas más agresivas para una de las especies más emblemáticas y protegidas del Mediterráneo", según han destacado.

En caso de que persistan estas actividades, Oceana no descarta dirigirse a la Comisión Europea y a la UNESCO, ya que la zona afectada cuenta con figuras de protección amparadas por esos organismos europeos e internacionales.